Hasta no hace poco más de 10 años atrás, las personas no tenían en mente que pasarían largas horas de su día frente a dispositivos móviles o tal vez, no pensaban que éstos serían uno de los principales soportes de su tiempo de ocio. Y era lógico ya que hasta mediados de la década pasada, la televisión abierta y en especial la de cable, era una de las principales fuentes de recreación y descanso.
Sin embargo, el acelerado crecimiento tecnológico de los últimos años sumado al mayor uso de Internet y al nacimiento de un consumidor hiperconectado, llevaron a que las plataformas digitales de contenidos no lineales comenzaran a ganar espacio, posicionándose en la actualidad como la elección de millones de personas en todo el mundo.
Así, esta nueva realidad sumada a la llegada de la pandemia mundial y a los largos períodos de aislamiento social, inevitablemente repercutió -y de forma masiva- sobre el consumo de servicios de las plataformas de VOD (Video On Demand) o streaming. Así, empresas como Netflix, Amazon Prime, Disney, HBO Go, Paramount +, Movistar Play, por nombrar algunas, comenzaron a ganar espacio en las elecciones de los consumidores generando contenidos no lineales de todo tipo dirigidos a un mercado ávido por nuevas experiencias de entretenimiento. Sin embargo, la pregunta recurrente es: ¿de qué manera ha podido adaptarse a este escenario los tradicionales formatos audiovisuales?
La Pandemia y su efecto sobre el consumo de entretenimiento
Antes que nada es importante hablar un poco de cómo se encuentra el mercado en Argentina.
En este sentido, la pandemia por COVID-19 trajo consigo un cambio de escenario absoluto y con él, un marcado crecimiento de las plataformas de VOD. ¿La razón? Simple: aquello que hasta antes de marzo del 2020 era consumido pero de forma de ‘lujo’ pasó en este tiempo a convertirse en un consumo un tanto “esencial”. Los números así lo indican ya que a partir de la segunda semana de marzo del 2020, la audiencia en Argentina alcanzó un incremento de un tercio (33,5%) contra las primeras once semanas, elevando el promedio del consumo de estas plataformas a cuatro horas por día.
Esta situación no fue exclusiva del país, replicándose también en Latinoamérica. Brasil, por ejemplo, tuvo un incremento del 30% y allí también creció, en diez minutos, la cantidad de tiempo diario frente a las pantallas. Por su parte, Colombia registró subas. En ese país el aumento fue del orden del 34% y los minutos diarios de visionado subieron 26 minutos.
Otro dato de relevancia es que en este escenario de pandemia, el tráfico de Internet en Argentina creció entre un 30% y 50%, según la información de las empresas que proveen los servicios; un caso similar a lo que trajo la crisis económica de 2011, que desencadenó por aquel entonces en un fuerte crecimiento del consumo de TV por cable y banda ancha.
Frente a estos datos, es claro que las preferencias y hábitos de consumo de entretenimiento están cambiando constantemente como así también la tendencia de un público más joven (aproximadamente de hasta 35 años de edad), entendiéndolo como un segmento que busca propuesta innovadoras, con todo el contenido, pero con libertad y conveniencia de consumirlos de acuerdo a sus disponibilidades, es decir, de manera ‘On Demand’.
Como dato cabe señalar que en la década del ‘90, el gran competidor de la TV abierta en Argentina era el cable; no obstante, desde 2014 su mayor ‘enemigo‘ hasta el presente, ha sido las plataformas a demanda; según datos de Ibope, el encendido televisivo cayó 11 puntos en diez años, en 2004, fue de 38,82 puntos, mientras que en 2014 cerró en 27,66 puntos.
Según señala un ensayo realizado por la Universidad de Palermo sobre la evolución del fenómeno de las plataformas on demand o contenido bajo demanda, este cambio está relacionado con un prototipo de televidente que se ha modificado, principalmente en las generaciones más jóvenes, en donde ha dejado de ser pasivo para ser activo, y que ahora quiere tomar decisiones, porque el vínculo que se establece es otro. Esto ha llevado que se busquen nuevos tipos de contenidos, como las series, o que los canales de TV abierta tengan que reinventarse en ciertos aspectos y convoquen a su audiencia a participar permanentemente mediante formatos como realities, ya sea con votaciones a través de celular o con acciones en sus redes sociales.
La TV digital
La TV satelital también ha buscado aggiornarse en este nuevo escenario. El caso más ejemplificador puede ser el de DirecTV que buscó diversificar su oferta de contenidos adaptándose a esta tendencia creciente. Así, lanza su plataforma DirecTV Go la que desde diciembre del 2020, aterriza en Argentina comercializándose de forma independiente y diferenciada del servicio de televisión satelital. Con una amplia oferta de programación deportiva junto a películas, series y documentales, la plataforma ha buscado posicionarse con frecuentes promociones tanto para clientes actuales como potenciales en el mundo del on demand, permitiendo de esta manera que en cualquier momento y lugar y a través de diversos dispositivos (celulares, tablets, computadoras, smart TVs y dispositivos de streaming) se puedan ver su portfolio de contenidos.
Al respecto de su lanzamiento en Brasil y Argentina, Michael Bowling, presidente de DIRECTV Latinoamérica señalaba: “Es un hito estratégico en el desarrollo y crecimiento de nuestra oferta de productos y servicios digitales innovadores en la región ya que brinda a los consumidores la oportunidad de acceder al contenido que más disfrutan cómo y cuándo lo deseen, con acceso flexible en múltiples dispositivos, a través de un proveedor y sin suscripciones. Es una nueva era en el entretenimiento”.
¿Cómo ha dado pelea la TV abierta mendocina?
La televisión local no ha sido ajena a este avance de las plataformas digitales y, en consecuencia, han buscado ‘dar pelea’ proactivamente a fin de perder presencia entre las audiencias. ¿La manera? En muchos casos, haciendo hincapié en formatos informativos.
“Frente al disruptivo y vertiginoso avance de los servicios On Demand, nuestro canal fortaleció el rol informativo de su programación haciendo foco en los contenidos locales y el debate periodístico. Al igual que en todo el mundo, estamos frente a un cambio en los hábitos de consumo audiovisual con dos vertientes definidas. Por un lado, las plataformas on demand y por el otro, los contenidos online en redes y sitios. Esto nos obliga a perfilar nuestra programación hacia la inmediatez de la noticia y el vivo por encima de otros formatos como la ficción o el entretenimiento”, señalan las autoridades de Canal 7 /Grupo América.
“La televisión abierta perdió audiencia en los últimos años. No solo se debe al crecimiento de las plataformas on demand, sino a la velocidad con la que se produce ahora el acceso a la información a través de la conectividad de smartphones u otros dispositivos. Sin embargo, los canales locales siguen muy vigentes porque allí se generan contenidos que no se encuentran en las plataformas. Seguramente el concepto de fidelidad está atado a la necesidad de informarse sobre la actualidad local, más allá del vínculo afectivo establecido entre el medio y los televidentes. Los canales abiertos locales gozan de una comunidad leal. Ese es un gran activo”, comentan.
Por otra parte, si bien el auge de los contenidos no lineales digitales ha repercutido en los niveles de ratings de los canales abiertos, contrariamente a lo que uno pensaría, la pandemia les dio un giro positivo. De acuerdo al Digital Report News 2021 del Instituto Reuters, la incertidumbre en la población mundial y la crisis sanitaria desatada por la pandemia hizo que las audiencias confiaran más en los medios tradicionales para informarse al considerar que brindaban datos más precisos y rigurosos.
En esta línea, desde Canal 7/ Grupo América enfatizan: “Creemos que esta situación sanitaria no profundizó esa caída, muy por el contrario, se estabilizó y, en algunos casos, mejoró los números de ciertos contenidos como los informativos que fueron la vedette de los últimos 16 meses. Frente a una necesidad de información, en este caso la sanitaria, los medios tradicionales volvieron a ser la primera alternativa”.
¿Qué pasará en el futuro?
Este interrogante aún es difícil de responder ya que la sociedad mundial está adaptándose a una ‘nueva normalidad’ que acompañada por el aceleramiento tecnológico, de forma permanente encuentra una sobre oferta de nuevos formatos digitales para entretenerse, informarse, trabajar y vincularse con el otro. Será entonces el desafío de los formatos tradicionales el poder convivir con esta realidad, adaptándose a las necesidades de un nuevo tipo de consumidor.
“Es difícil aventurar qué pasará con la TV abierta. Sin embargo, como ocurrió en su momento con la radio, a la que le pronosticaban poca vida frente al advenimiento de la televisión, seguramente la TV tradicional acomodará su oferta en los espacios que las plataformas e internet no pueden abordar. El concepto de universalidad y acceso libre y gratuito de la TV abierta, hace que siempre sea una opción. Seguramente no estaremos frente a las impresionantes cifras de audiencia de los años 90, pero la TV encontrará su espacio sólido como alternativa de información y entretenimiento”, enfatizan desde Canal 7/ Grupo América.
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