Jorge Astudillo Galvez, ingeniero agrónomo chileno, especializado en cereza temprana, visitó Mendoza en el marco de una misión organizada por la Cámara de Cereza de Mendoza con el objetivo de realizar diagnóstico, que permita mejorar la producción local para alcanzar nuevos mercados.
Una cargada agenda de actividad permitió que en una semana, el profesional visitara una docena de productores locales para evaluar condiciones de producción y ofrecer asesoría. “En Mendoza están produciendo sobre distintos modelos, algunos más tradicionales, otros que están en transición y otros que son más tecnológicos. Lo que fuimos viendo es que la mayoría podría apuntar hacia los sistemas más tecnológicos que aseguran mejores precios” destacó.
Astudillo Galvez, Gerente de Producción Valle Arriba SPA y cofundador del Seminario Internacional de Cerezas Primores, concluyó en marcos generales que la provincia tiene un gran potencial en crecimiento. De hecho, la Región de Ovalles de donde es oriundo el ingeniero y es la localidad por excelencia de cereza primores de Latinoamérica, están cosechando en la semana 41, 42, compartiendo fechas con Mendoza en los últimos 3 años.
Sin embargo, el profesional destacó: Nosotros en Chile estamos obligados a exportar, sin embargo, en Argentina el mercado interno absorbe la mayor parte de la fruta. Aunque destacó que el verdadero condicionante es el clima: “Las condiciones climáticas nos obliga a tomar decisiones de inversión que van más allá del cultivo. El desafío es ver como administramos el clima. Mendoza, por latitud tiene las condiciones para tener fruta temprana y ser partícipes del mercado internacional donde participan Chile, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda.
El diagnóstico fue presentado en un análisis FODA, donde evaluó las fortalezas y debilidades de la cereza mendocina. “Está clara la creciente demanda a nivel mundial, los nuevos mercados que se están abriendo, la innovación y la tecnología que podrían adquirir en Mendoza. Además, hay una oportunidad siguiendo el enoturismo y el desarrollo de la gastronomía y el turismo en la provincia. Se podría asociar la cereza”. Por otro lado, las debilidades estuvieron sujetas a los costos de producción; la disponibilidad de variedades exportables y de portainjertos; la competencia a nivel interno e internacional. Los productores tienen poca incidencia respecto al valor de la fruta porque las exportadoras administran gran parte. Debe mejorar mucho la relación productor-exportador.
Otra debilidad que marcó Astudillos Galvez se centró en la limitación de la infraestructura, “porque a medida que vaya aumentando la producción, por los manejos que podamos hacer o por aumento de superficie, van a faltar galpones y líneas de proceso para poder embalar o trabajar todas las frutas”.
Según el profesional: “El trabajo debe centrarse en mantener la primicia, ser las primeras cerezas de Argentina. Eso puede generar identidad para los productores de la zona. Las claves seguirán siendo la selección varietal, los manejos agronómicos y el buen uso de las tecnologías. Con el potencial aumento de la producción, van a necesitar más capacidad logística, de infraestructura y proceso. También es importante abrir nuevos mercados o destinos con cerezas de calidad. Y lo que he visto ahora es el valor de la colaboración, el apoyo de las instituciones de investigación, de fomento e innovación para mantener la competitividad, y, por supuesto, la organización y visión de futuro de la industria de las cerezas de Mendoza”.
La cereza mendocina bajo la lupa de Astudillo Galvez
El ingeniero agrónomo chileno especializado en cereza temprana visitó la provincia en una misión coordinada por la Cámara de Cereza de Mendoza.
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