El sindicato considera que la negociación cerrada en 2024 fue injusta, ya que los empresarios ofrecieron un incremento del 2% para los trabajadores de bodega, pero no propusieron ningún ajuste para los operarios de viña, los más perjudicados en términos salariales. Juan Carlos Aguirre, secretario general de Soeva, criticó duramente esta diferencia en los aumentos: “El sector privado siempre se resiste a pagar un poco más y, lamentablemente, los empleados que trabajan en la viña son los más perjudicados”, señaló.
Aguirre explicó que, en las últimas revisiones de paritarias, los trabajadores de viña no recibieron ninguna mejora salarial, mientras que los operarios de bodegas obtuvieron un ajuste del 2%. “Nos pareció ilógico que uno tenga aumento y el otro no. Más aún considerando que los trabajadores de viña son los más perjudicados”, subrayó.
A raíz de este desacuerdo, el sindicato decidió cerrar la negociación sin un acuerdo y avanzar con la estrategia para el próximo ciclo. “Ya enviamos todo lo hablado a Buenos Aires y estamos esperando que nos convoquen a paritarias a mediados de febrero, cuando se abran las paritarias anuales y podamos plantear todo lo que perdimos durante el año pasado”, agregó Aguirre.
La propuesta de Soeva: el tacho a $ 800
La principal demanda de Soeva es establecer un precio mínimo de 800 pesos por tacho de uva, que marcará el inicio de las negociaciones para el nuevo ciclo de cosecha. Según Aguirre, si algún propietario de viña no acepta pagar esa cantidad, los cosechadores no trabajarán para ellos. “Si algún propietario no quiere pagar el precio acordado, entonces deberá cosechar él mismo. La gente no le va a cosechar por menos. Este precio será el punto de partida, y a partir de ahí cada cuadrilla negociará según el tipo de uva y quién esté dispuesto a pagar más”, explicó.
El sindicalista destacó que, si bien históricamente han mostrado disposición para negociar el precio del tacho de uva, la falta de acuerdo en 2024 ha llevado al sindicato a tomar una postura más firme para 2025. “A partir de ahora, nosotros vamos a poner el precio del tacho. Las negociaciones ya no dependerán de los empresarios, sino de lo que nosotros decidamos. La gente sabrá si va a cosechar o no según lo que ofrezcan”, aseguró.
En caso de que no se logre un acuerdo en las paritarias de febrero, Aguirre anticipó que los trabajadores no dudarán en tomar medidas de fuerza. “Si no llegamos a un arreglo, tendremos que planear movilizaciones, paros o cualquier otra medida de protesta. No nos quedará otra opción”, advirtió.
Respecto al inicio de la cosecha, Aguirre señaló que la actividad comenzará en febrero, con trabajos ya en marcha en provincias como Salta y San Juan. En Mendoza, las cosechas de uva se intensificarán a partir de mediados de mes. “Para nosotros, el precio del tacho de uva es clave para que la cosecha se lleve a cabo sin inconvenientes. La negociación es crucial, ya que nos permitirá recuperar lo perdido en 2024”, concluyó.
De esta manera, los cosechadores de uva se preparan para un 2025 marcado por la tensión en las paritarias, donde esperan imponer sus condiciones para lograr una mejora salarial que refleje las difíciles condiciones del trabajo en la viña.
Tu opinión enriquece este artículo: