En tiempos donde la meditación, la vida holística y espiritual ha ganado terrenos, el mundo vitivinícola encuentra su tangente con un vino que plasma en su memoria sonidos energizantes a través del agua.
Nicolás Raby, Javier González y German Lledó unieron conocimientos para lanzar al mercado un vino distinto, con una carga energética que permite vivir una experiencia diferente. Sound Water, Blend 2019 capta la energía de los sonidos a través del agua.
“La vid se alimenta del agua y se elabora el vino que lleva esa vibración. Si bien en la parte sensorial se pueden experimentar todas las sensaciones que da el vino también toma esa información registrada a través de los sonidos, como lo que sucede en una terapia, donde las personas se armonizan”, explica Javier González, socio del proyecto y especialista en Terapia de Sonido del Agua.
Y detalla que es una relación intensa que responde a un concepto físico en que estudia las partículas del agua y su geometría, la cual ante una frecuencia se modifica, por lo tanto a nivel cuántico el sonido hace cambios en la estructura del agua.
Si bien lleva un proceso de vinificación tradicional, su valor agregado radica en la incorporación de esta información a través del sonido. “Hay bodegas que ponen sonidos en los vinos, pero no el seguimiento que se ha realizado desde la viña”, cuenta González, y aclara: “Si bien pensamos en la carga energética, no queremos que sea un vino relajado, sino todo lo contrario, cargado de energía”.
A nivel práctico, la botella tiene un código QR en su contraetiqueta, la cual permite escuchar las frecuencias que se utilizaron en la viña. De esta manera, otorga al consumidor la posibilidad de seguirlo e ingresar en una meditación virtual.
El sonido que prevalece es el gong, un instrumento musical en forma redonda que emite un eco vibratorio con poder terapéutico. Ese sonido acompaña a las viñas en luna llena y resulta significativo en la etiqueta del vino.
Un blend energético
Sound Water es un blend a base de Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc de Luján de Cuyo y Malbec y Syrah de Vista Flores. “Las variedades se elaboran por separado y posteriormente hacemos el blend”, explica el enólogo Nicolás Raby y agrega: “El 60% madura en barrica durante seis meses y el resto en tanque de acero inoxidable”.
Cuenta con una partida limitada de 5.000 botellas. “Estamos preparando el viñedo para el próximo año. La idea es hacer blend con todo lo que significa. Cada blend es único e irrepetible, logra su propia identidad y posee complejidad, mientras prevalece el equilibrio y la armonía”, define el enólogo.
“Tiene una complejidad media. Es frutado y mucha especie que le aporta el Cabernet Sauvignon y Franc con taninos redondos y jugosos, con un llenado de boca potente. Cuando lo degustás es un vino suave, largo, sedoso y equilibrado. Siguiendo el concepto, me focalicé mucho en el equilibrio”, transmite Raby sobre su Sound Water.
Este ejemplar tiene un precio sugerido al público de $ 590. Se consigue en venta directa a través de las redes sociales o en vinotecas.
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