> (Por Patricia Losada) Los gimnasios también sufrieron las consecuencias de la pandemia, aunque en menor medida que otros sectores como el turismo y la gastronomía. Sin embargo, los meses que estuvieron cerrados, de marzo a junio, los propietarios y sus trabajadores, tuvieron que remarla porque dejaron de recibir clientes, y los costos fijos, los impuestos y el mantenimiento de las máquinas, muchas de gran tecnología, siguieron generando deuda. Se estima que entre 3% y 5% de los gimnasios mendocinos han cerrado. Lo bueno de toda esta situación difícil, es que pocos meses antes de declararse la pandemia, en marzo, tomó las riendas del asunto, la flamante Asociación Mendocina de Gimnasios y Afines, que actualmente nuclea a 60 gimnasios de los cerca de 500 que tiene la provincia.
De la mano de Andrea De Marco, la nueva entidad trabajó duro en el protocolo que les permitió volver a abrir los locales, aunque los clientes no retomaron la actividad de un momento a otro, sino de a poco, según pasaron los días y la situación de casos de COVID-19 comenzó a calmarse. Hoy funcionan a pleno, y durante los meses que estuvieron con puertas cerradas, sobrevivieron con clases virtuales y la ayuda de los socios, aunque no alcanzó para pagar la gran mayoría de los gastos, según cuenta Andrea a InfoMendoza.
¿Qué se puede sacar de positivo en estos tiempos difíciles de pandemia?
Como todas las cosas, siempre hay que buscar lo positivo. Nosotros como Asociación, estábamos entrenándonos, cuando llegó la pandemia, en marzo. Justo habíamos lanzado las inscripciones, pero al ver la situación, lo primero que hicimos fue ponernos a trabajar en la redacción del protocolo que actualmente se utiliza. Hicimos el trabajo con el Gobierno, la Subsecretaría de Comercio e Industria y el Ministerio de Salud, y así logramos la aprobación de las medidas sanitarias. Fuimos uno de los pocos sectores que fueron recibidos por el gobernador Suarez, de quien recibimos todo su apoyo. Y también los municipios y legisladores nos ayudaron mucho. Lo que planteamos fue la necesidad de no suspender 100% las actividades físicas, debido a las consecuencias de salud de la población. Por ejemplo, gente con obesidad, diabetes, hipertensión, se ve seriamente perjudicada por el sedentarismo y eso es lo que planteamos, entre otras cosas.
-¿Qué medidas contempla el protocolo que la Asociación presentó?
Al principio teníamos que estar al 50% de aforo, demarcar los espacios, asegurar 4m2 por persona, apuntar a garantizar el distanciamiento además de las medidas de sanitización como tener alcohol, desinfectar los espacios, tener un control de todo esto para evitar el contagio y sobre todo darle seguridad a la gente. Hay gimnasios que lo han respetado y otros lamentablemente no, pero seguramente es el usuario el que elige dónde va, donde se siente protegido. Hay un estudio internacional que demuestra que es muy bajo, casi inexistente el contagio de COVID 19 entre gimnasios. Hasta ahora no hemos tenido ningún caso en este sentido.
-¿Cómo está el sector en este momento?
Se normalizó bastante y la gente de a poco comenzó a concurrir a las actividades que hacían antes de la pandemia. Se estima que en forma definitiva cerraron entre 3 y 5%, muchos de ellos por el alquiler y porque la infraestructura es costosa mantenerla. Pero algunos están avaluando la reapertura por y de a poco se ha vuelto a la normalidad, siempre con distanciamiento y todo lo que indica el protocolo que redactamos.
-¿Cuáles son las prioridades de la Asociación?
Estamos trabajando en conjunto con la Federación Argentina, que también surgió en plena pandemia. Son en total 14 provincias adheridas y Mendoza es socia fundadora. En lo que más centrado estamos es en modificar y actualizar la legislación actual de la provincia y queremos que nuestra actividad se declare como esencial, ya que pensamos que la inactividad repercute enormemente en la salud de la población, sobre todo en personas con obesidad, hipertensión, diabetes, con adultos con enfermedades donde necesitan hacer actividad física por su salud. Además, es esencial porque mejora la calidad de vida, la gente se enferma menos, es más saludable, los costos médicos disminuyen también. Queremos jerarquizar nuestro trabajo. Hoy sucede una situación donde se ve mucho la explotación de espacios públicos donde se dan clases y eso es una competencia desleal porque no tributan, no están legislados, no ofrecen seguros médicos, no hay servicios de emergencias, no están registrados legalmente, por eso vamos a insistir con este tema.
-Con respecto al futuro, ¿Sos optimista, pensás que el 2021 será mejor que el año pasado?
Nosotros confiamos en la voluntad de nuestro gobierno de Mendoza que no tiene intención de volver al cierre extremo del 2020. Si llega una segunda ola o no, no se sabe, es impredecible. En un país inflacionario, con una economía 2020 frenada, Mendoza supo manejarse muy bien frente a la pandemia. El futuro dependerá también de la conciencia y responsabilidad de la gente, el tema es no movilizarse demasiado, por ejemplo. La voluntad de hacer las cosas bien está, pero que se vean los resultados, la verdad es que no lo sé.
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