Federico Pérez es una de las figuras del futsal en Mendoza y en el país. El arquero campeón del mundo habló con Info Mendoza sobre sus objetivos en el deporte y el deseo de que la disciplina se una a nivel nacional e internacional: “Llega un momento en el que te cansa que te digan ‘¿vos a cuál futsal jugás?’”, señaló.
¿Cuándo y porqué empezaste a jugar al futsal?
Empecé a los 15 años. Yo estaba en el Liceo Agrícola y había dejado el fútbol en cancha de once. Había jugado en Chacras, en Huracán Las Heras ya entrenaba con la Primera y tenía que dejar el colegio. Tuve posibilidades de ir a probarme a Buenos Aires para ver si me dedicaba a eso o no y al final no se dio. Mi vieja no estaba muy contenta, yo era chico y veía que costaba mucho tener proyección, tampoco quería dejar de estudiar. Ahí surgió lo del fútbol de salón, primero en el colegio con un preceptor, Fernando Ferrando, que vivía como yo en el Barrio Municipal y me llevó al club Covimcal que después fue Covimeni. Ahí fue donde empecé el caminito.
¿Siempre de arquero?
Sí, yo empecé con la escuelita en el estadio en la que estaba Felman (Darío) y en Chacras estuve con Daniel Riestra.
¿Y cuándo empezaste a dedicarte al futsal?
Cuando empecé jugaba en cadetes y veía que surgían posibilidades de viajar y conocer el país. Por ahí no era tan fácil en lo económico pero mi familia me bancaba y ahí me empecé a meter, a tomar el deporte como una forma de vida y también me topé con gente muy buena como Jesús Ayala. Después empezaron las convocatorias a la selección mendocina mayor, donde conocí al Negro Robledo. Mi primer viaje con la selección fue en el 2007 a Río Grande, pero también estaba con las juveniles y tuve la posibilidad de conocer y de meterme más en el deporte, aunque paralelamente estaba estudiando y a veces laburaba. Por suerte mi familia siempre me ayudó para que pueda hacer las dos cosas.
¿En qué momento de tu carrera estás?
Ya en lo último. Aunque le sigo metiendo como siempre lo hice. Tengo mis responsabilidades y cuesta dejarlas de lado, pero sigo eligiendo el deporte. Son los últimos años, pero sigo con ganas de responder, de sentirme útil para el equipo y de seguir viajando para competir y conocer gente que es de lo mejor que te deja el deporte. Todavía tengo ganas de armar el bolso para ir a entrenar después de trabajar todo el día.
¿Tenés objetivos por cumplir?
Tengo varios. A nivel club, volver a ganar una División de Honor para jugar un Sudamericano, algo que logramos con Talleres, y esperamos repetir este año. Después me gustaría defender el pentacampeonato con la selección mendocina, en abril, pero antes hay que pasar una preselección con un cuerpo técnico nuevo. Y a nivel de la selección argentina me gustaría jugar un Mundial más, el cuarto, que sería en dos años en Italia y es algo más a largo plazo.
¿Desde Mendoza se puede llegar a alto nivel del futsal?
Sí. Mendoza es una de las plazas más fuertes y se viene trabajando bien desde hace mucho. Por algo hay tantos mendocinos en las selecciones argentinas. Los técnicos se están capacitando cada vez más y trabajan muy bien en inferiores. La A1 es de muy alto nivel. Si vas afuera tenés que ir a las categorías máximas porque en las otras no digo que sea fácil, pero no hay tanto nivel. Hay chicos que está bueno que vayan a probar, pero es más una experiencia que una real diferencia económica o deportiva.
¿Tuviste posibilidades de irte?
En 2011, en mi primer Mundial, terminé de titular y en Colombia el microfútbol, como le dicen ellos, está más profesionalizado. Me ofrecieron ir, pero no se dio. Después, en cuanto a lo que es vivir como un profesional, fue cuando fui a jugar a la India un torneo para difundir el futsal, pero era más un show con grandes estrellas y la mayoría del fútbol de once. Fue la única vez que viví algo de esa magnitud y cobré. Después en la selección tenés viáticos, apoyo o te pagan todos los gastos, pero nada más.
¿Por qué Mendoza es potencia en futsal?
Como te dije antes hay un gran trabajo en los clubes y los entrenadores y preparadores físicos se toman el tiempo de seguir aprendiendo para darle más herramientas a los jugadores. Y eso no solo es en primera, sino que viene de las inferiores y se nota cuando los jugadores llegan a una selección mendocina o argentina. Ese proceso lleva años y en otras provincias recién está empezando.
¿Quién es el Messi del futsal?
Para nosotros el Chelo Mescolatti, que sigue siendo el capitán. Es nuestro referente y el jugador distinto. Es habilidoso, es pensante y es diferente.
¿Quién ganaría un partido entre las selecciones argentinas de futsal de la CAFS y de la AFA?
No sé. Siempre tuvimos ganas de juntarnos porque hay muy buen material de los dos lados. Por algo las dos han sido campeonas del mundo. La diferencia son algunas reglas y creo que según el reglamento que se use ganaría uno o el otro. Son detalles, pero son clave. Por ejemplo, el arquero puede pasar la pelota a un compañero más allá de mitad de cancha y en ataque también puede pasar al otro campo como uno más, algo que yo no puedo hacer.
¿Te gustaría que hubiera un solo futsal?
Me encantaría por el crecimiento que sería para el deporte. Creo que el futsal amateur tiene un techo y tiene que haber más apoyo para el jugador. No digo que se viva del futsal como pasa en el de cancha de once, pero si armar algo más grande. Llega un momento en el que te cansa que te digan ‘¿vos a cuál futsal jugás?’. Siempre va a ser más conocido el FIFA pero otra cosa es que el deporte crezca en infraestructura o en mejores condiciones para quienes lo juegan y así se genere un producto más atractivo para la gente.
¿Cuál fue tu mejor y tu peor partido?
El mejor creo que fue la semifinal de mi primer Mundial, contra Colombia. Perdimos 3 a 2 pero fue una locura. No recuerdo haber logrado jugar a ese nivel y además fue el gran comienzo de mi carrera. El peor, o un recuerdo amargo, fue en la final de una División de Honor que perdimos y nos metieron un gol con un remate mío que le pega a un rival y se me mete en el arco. Por suerte al año siguiente tuve revancha y fuimos campeones con un gol mío.
¿Quién fue el mejor jugador con el que jugaste y contra el que jugaste?
El Chelo (Mescolatti), Diego Koltes, que son grandes amigos y rivales. Después fueron surgiendo otros como el Gonza Pires o Renzo Grasso y fíjate que te nombro compañeros de la selección de Mendoza. Hubo otros grandes, pero ya los enfrenté en su última etapa como Martín Lafalla o Pogés que fue compañero mío. Y a nivel internacional Pinilla, el colombiano.
¿Cómo te entrenás?
Hoy cumplo lo que me indica el club. Ahora en pretemporada son 4 entrenamientos semanales, tres en la cancha y uno en el gimnasio. Es lo que puedo hacer por mis horarios de trabajo y que puedo afrontar de acuerdo a mi descanso y mi alimentación. Quise hacer algo extra, pero me cansó más de lo que me benefició. También es importante disfrutarlo y que no sea una rutina que te termine jugando en contra. Además, después se van sumando los entrenamientos con la selección. Lo que también trato de mantener es una buena alimentación y descansar lo que pueda, aunque como mucho duermo 6 horas.
¿A qué deportista admirás?
De chico admiraba a Oscar Córdoba o a otros en mi puesto. Hoy me gustan los deportistas como Cristiano Ronaldo por su constancia, disciplina y profesionalismo. Messi es un distinto, pero Ronaldo tiene más disciplina y otra personalidad. Muchos, en joda, me dicen Sargento porque siempre trato de dar el 100% en cada cosa en la que me comprometo.
¿Quién fue la persona que más te enseñó de futsal?
Uuhh, varios. Cada entrenador me enseñó algo y sería muy egoísta elegir uno solo. Puedo nombrarte a Jesús Ayala, al Negro Robledo y después a todos los que tuve en la selección argentina o mendocina. Hoy por ejemplo, Pablo Stahringer me enseñó a manejar mi ego, a ser mejor capitán dentro de la cancha, acompañando a los chicos que se están formando, y a la vez a seguir exigiéndome.
¿Un jugador de futsal de la selección argentina gana plata o pone plata?
Hoy nos pagan los gastos y hay viáticos que sirven para compensar parte de lo que dejás en tu laburo, pero siempre vas un poco para atrás.
¿Qué consejo le darías a un chico que quiere llegar a la selección argentina de futsal?
Siempre uno tiene que tener conducta, saber escuchar y ser respetuoso, sin perder ese toque de rebeldía para querer ganarse el puesto con esfuerzo. Y a la vez tenés que ser bueno fuera del deporte, en tu casa, estudiar, escuchar a tus padres y saber pedir ayuda. Todo eso hace a un buen deportista.
¿Qué tiene que mejorar el futsal de Mendoza?
Se han hecho cosas muy buenas, pero hay que lograr armar una competencia más fuerte. Hay que pensar y generar ideas para hacer algo más atractivo y que, por ejemplo, no haya partidos a las 11 de la noche. De alguna forma hacer que ir a ver futsal sea más atractivo y buscarle la vuelta para que haya más difusión y otra estructura de negocios. Hay que seguir laburando como hasta ahora pero también hay que generar más interés dando un salto de calidad. Cambiar los días, los horarios, que haya más comodidades y que sea un programa ir a ver futsal.
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