Mendoza enfrenta la amenaza con la disolución del Instituto Nacional del Agua (INA), organismo científico-técnico clave para la investigación y gestión de los recursos hídricos en el país. Esta medida, impulsada por el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, podría significar un retroceso sin precedentes en el desarrollo y sostenibilidad del agua en el país, y en la región cuyana particularmente.
Con más de cinco décadas de trayectoria, el INA ha sido fundamental para el desarrollo de la ciencia y tecnología hídrica en el país. Sus aportes incluyen la planificación de obras hidráulicas, la elaboración de pronósticos y alertas por inundaciones, el monitoreo de la calidad del agua, hidrología superficial y subterránea, la gestión integral del agua y la formación de profesionales altamente especializados. Sin embargo, la recomendación del cierre del organismo y la falta de designación en sus principales cargos directivos, lo han colocado en una situación crítica, agravada por la asfixia financiera.
El INA, fundado en 1973, es un referente en el estudio y monitoreo del agua, con capacidad técnica y científica de primer nivel. En Mendoza, a través del Centro Regional Andino, cumple un rol fundamental en la investigación, evaluación y gestión de los recursos hídricos, especialmente en el contexto de crisis climática y escasez de agua.
Entre sus funciones, se destacan el monitoreo de cuencas hídricas, estudio de huella hídrica en sectores productivos, evaluación de calidad del agua, pronóstico de inundaciones y sequías mediante servicios de alertas hidrológicas, estudios sobre aguas subterráneas, y el asesoramiento y asistencia a organismos provinciales y municipales, y a los sectores productivos en general.
El Instituto cuenta con alrededor de 270 empleados en todos los centros de la Argentina, distribuidos en las diferentes regiones hidrológicas del país, con sedes en San Juan, Mendoza, Córdoba y Santa Fe. Y con laboratorios de alta especialidad técnica en Ezeiza, provincia de Buenos Aires.
Desde su fundación, hace más de 50 años, el Instituto Nacional del Agua ha trabajado incansablemente para proteger y gestionar los recursos hídricos argentinos, contribuyendo al desarrollo productivo y energético del país. La disolución del INA, y el cierre del Centro en Mendoza afectaría gravemente la capacidad para gestionar de manera eficiente los recursos hídricos.
Mendoza, cuyo sistema de riego y distribución de agua es vital para su matriz productiva, depende del conocimiento técnico y científico y del aporte de los organismos de investigación para garantizar el uso sostenible del agua. La pérdida del INA significaría:
- Falta de estudios actualizados sobre las cuencas y su dinámica en contextos de crisis hídrica.
- Desarticulación en el monitoreo de la calidad del agua y gestión de acuíferos, incluyendo la recuperación de cuerpos de agua contaminados.
- Reducción en la capacidad de respuesta ante emergencias hídricas como sequías e inundaciones.
- Administración de la red de estaciones meteorológicas y pluviométricas en el territorio mendocino, con datos de tormentas de más de treinta años.
- Pérdida de asesoramiento técnico para la toma de decisiones políticas y productivas.
- Dificultades en el asesoramiento sobre planificación y desarrollo de infraestructuras hídricas claves.
- Un claro retroceso para la ciencia y el desarrollo.
Pese a su impacto estratégico, el Ministerio de Desregulación ha recomendado su cierre, iniciando un proceso de ajuste que pone en jaque no sólo la historia de progreso científico del Instituto, sino también la capacidad del país para enfrentar desafíos hídricos futuros.
El cierre del organismo en la provincia tiene un impacto regional significativo.
Su desarticulación implicaría el desmantelamiento de equipos altamente especializados en hidrología, calidad de agua, ingeniería hidráulica y gestión de recursos hídricos, cuya formación y conocimiento es el resultado de años de investigación y desarrollo.
Asimismo, se pone en riesgo el desarrollo y la continuidad de proyectos de investigación en la región junto a otros organismos de ciencia y técnica, CONICET, CONAE, CNEA, INTA, INV.
Los trabajadores del Instituto, junto con la comunidad científica y la sociedad mendocina, hacen un llamado a las autoridades para que reconsideren esta decisión y reconozcan el rol esencial del INA en la seguridad hídrica y el desarrollo sostenible de Mendoza y el país.
*Subgerente del Centro Regional Andino
El Instituto Nacional del Agua en peligro: alarma para la ciencia hídrica en Mendoza
(Por Santiago Ruíz Freites)* El Instituto Nacional del Agua (INA), organismo clave en la gestión y preservación de los recursos hídricos de Argentina, enfrenta una crisis sin precedente.
Tu opinión enriquece este artículo: