Actualmente, Mendoza registra más de 7.500 personas privadas de libertad, el número más alto en años. De ese total, unas 2.000 participan en programas de capacitación y 238 ya trabajan en empresas privadas instaladas en complejos penitenciarios. “Estas personas no cobran del Estado sino que reciben un ingreso de las empresas. Eso también habla de un compromiso privado con la reinserción y con una política de seguridad más efectiva”, sostuvo el gobernador Alfredo Cornejo, presente en el lanzamiento de la propuesta,
Además, el mandatario remarcó que 66% de las personas privadas de libertad están escolarizadas.
El gobierno convocó a más empresas a sumarse a este esquema al asegurar: “Estamos prestos a nuevos convenios y aprovechamos esta experiencia para invitar a otras firmas a venir aquí a desarrollar sus trabajos industriales, porque hay formación previa, hay compromiso y hay un Estado que articula para que esto sea posible”, señaló Cornejo.
El convenio que hace posible este modelo
Gracias a una serie de acuerdos,Mendoza avanza hacia un modelo de resocialización que combina formación, producción y trabajo. En el caso de Suavipack, se montó una planta con cuatro líneas continuas de producción y una inversión inicial de 689.000 dólares. Actualmente, ya trabajan allí 25 internos y se proyecta duplicar esa capacidad con la incorporación de nueva maquinaria.
El rol del sector privado: compromiso y visión social
Desde el sector empresario, Ricardo Palacios, socio fundador de Suavipack y propietario de la firma sanjuanina R&R, valoró el acompañamiento del Estado. “El gran motivo de que este proyecto sea en Mendoza tiene que ver con la articulación pública y privada. Nosotros queríamos generar un impacto distinto en la sociedad, y esto nos dio esa oportunidad”, sostuvo.
Palacios señaló que el objetivo es formar a más personas de las que la empresa podrá contratar: “Por eso ya estamos articulando con otras industrias para que puedan absorber esa mano de obra calificada”.
Por su parte, Hernán Fontana, de Contra Reducción, remarcó que el proyecto surgió de una experiencia previa: “Trabajamos con personas que salían en libertad, pero muchas no lograban sostenerse porque no tenían cultura del trabajo. Entonces decidimos empezar desde adentro”.
Fontana definió a Suavipack como “una segunda oportunidad” para quienes están en contexto de encierro. “Los internos están felices, no quieren estar en sus pabellones, quieren trabajar. Esta planta les ofrece calidez, formación y una posibilidad real de cambiar su historia”, afirmó.
Un modelo que despierta interés en todo el país
Desde el gobierno afirmaron que hay muchos pedidos de firmas interesadas en sumarse, tanto en la producción como en la comercialización. Subrayó que no hay exenciones impositivas ni beneficios fiscales sino una fuerte vocación transformadora:
Suavipack es el resultado de la alianza entre R&R, empresa líder en producción de papel, y el Grupo Fonther, que impulsa modelos productivos con impacto social. Juntos promueven una nueva forma de industria: inclusiva, responsable y con vocación transformadora.
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