Comienza la temporada de cosecha del olivo y Mendoza pierde plantaciones y paulatinamente deja caer una industria que crece en el mundo.
Mendoza supo ser primera provincia olivícola, tanto por superficie cultivada y volumen de producción de aceitunas en conserva y aceite de oliva. Pero la puesta en vigencia de la legislación de promoción económica de las provincias de San Juan, La Rioja y Catamarca, modificaron el mapa olivícola, ya que los beneficios de la desgravación impositiva para las inversiones en esas provincias fueron un incentivo para el incremento de la superficie cultivada.
Gabriel Guardia, Gerente de Laur, la olivícola mendocina que exporta al mundo aceite de oliva señaló que Mendoza había perdido en las dos últimas décadas casi 15 mil hectáreas de olivos, lo cual equivale tres veces la superficie de la Ciudad de Mendoza. La participación de Argentina como productor de aceite es sólo del 1% de la producción mundial, por lo tanto su precio se ajusta a los de España e Italia, los mayores productores mundiales y que cuenta con subsidios. El destino de la producción en Mendoza es del 73% para aceite y 27% para conserva, sin embargo Guardia asegura que “pronto no tendremos aceitunas ni para la pizza”.
¿Cómo está la olivicultura mendocina?
La olivicultura mendocina está en pie de muerte. Mendoza que supo ser la numero uno del país. Hoy hemos quedado relegados porque hemos idos perdiendo paulatinamente los olivares. En Laur hacíamos aceite hace 20 años atrás y molíamos 6 millones de kilo de aceituna por temporada. La producíamos fruta local en Maipú, Rivadavia y San Martin. El año pasado solo se recibió de fruta local 300 mil kilos. Eso marca un panorama nada positivo.
Nuestra olivícola data de 1900, lo cual significa que trabajamos con fincas que fueron de abuelos, hijos, luego nietos, pero en la actualidad no sobreviven. No hay forma que se sostengan. De esos productores fijos se han perdido el 70 % y no se han renovado con nuevas inversiones.
¿Porque Mendoza no sostener la olivicultura como otras provincia?
El factor principal es la pérdida de volumen. No cierra la ecuación económica para quienes invierten. La olivicultura que se desarrolló en Argentina es con plantación intensiva y de riego por goteo, con cosecha mecánica y mayor cantidad de plantas por hectárea. Se minimiza la mano de obra y cosechan muchos kilos. El objetivo es bajar costos. Esa es la forma de subsistir y lograr un negocio rentable que es lo que se hizo en la Rioja, Catamarca y San Juan, apoyados por un plan de gobierno. En Mendoza, le ganó el desarrollo inmobiliario y claramente cuando el negocio no cierra, las fincas de olivos se convierten en barrios.
¿Como viene la cosecha 2021?
La cosecha actual es brava como todos los años. Porque los olivos que todavía subsisten y que tiene cada vez menos cuidados porque la ecuación económica no cierra y van teniendo cada vez menos aceitunas. Al cosechador le rinde menos. Hay fincas que no cosechan porque tiene poca carga y si no la baja de planta te perjudica para la próxima cosecha. Hay cada vez menos olivos y los que hay están descuidados. Estamos en un círculo vicioso que complica lo que queda la olivicultura.
Tenemos una vidriera importante en el mundo. Tenemos aceite mendocino desparramado por todo el mundo, necesitamos la aceituna mendocina como el Arauco para hacer aceite de la alta gama. El Arauco es como el Malbec en al viticultura, es la fruta insignia y corremos el riesgo de perderla.
Tu opinión enriquece este artículo: