La propuesta de Bodega Kaiken para estas fiestas reúne dos de sus clásicos espumosos -relanzados este año con una nueva identidad visual- y el primer Millésime de la casa: una etiqueta de añada que marca un hito en su historia y sintetiza su mirada sobre el tiempo, el origen y el método.
Desde Gualtallary, en el corazón del Valle de Uco, Kaiken elabora sus espumosos a partir de Pinot Noir y Chardonnay provenientes de zonas frías, donde la altitud y las condiciones climáticas favorecen una maduración lenta, precisa y equilibrada.
“Esa identidad de origen, combinada con el trabajo bajo método champenoise y las prolongadas crianzas sobre lías, define un estilo de burbuja fina, gran precisión y profundidad”, explica Juan Pablo Solís, enólogo de Bodega Kaiken. Y concluye: “El Millésime confirma la apuesta de Kaiken por elevar la vara de los espumosos argentinos”.
Para estas fiestas, Kaiken presenta su primer espumoso Millésime. Elaborado bajo método tradicional y con 84 meses sobre lías, se distingue por su complejidad y elegancia.
NUEVO. Kaiken Millésime 2017: el tiempo como expresión de terroir
Para estas fiestas, Kaiken presenta su primer espumoso Millésime, elaborado únicamente en una cosecha excepcional y concebido como una interpretación precisa del método champenoise y del origen. Se trata de un espumoso de añada, producido en partida limitada, que refleja una mirada paciente y minuciosa sobre el tiempo como insumo fundamental.
“Más que un lanzamiento, es la confirmación de una idea: no todas las vendimias merecen convertirse en Millésime, pero cuando sucede, la bodega asume la responsabilidad de dejar que el año hable por sí mismo", sintetiza Solís.
La cosecha 2017 en Gualtallary ofreció exactamente eso: uvas sanas, maduraciones lentas y una acidez natural que permitía proyectar un espumoso de largo recorrido.
Elaborado bajo método tradicional y con una prolongada crianza sobre lías, Kaiken Millésime 2017 se distingue por su complejidad y elegancia. En nariz aparecen notas de pan tostado, frutos secos y frutas blancas maduras, mientras que en boca ofrece una textura envolvente, acidez precisa y un final largo, profundo y refinado, donde el paso del tiempo se expresa con claridad.
Corte: 100% Chardonnay
Viñedos: Gualtallary, Valle de Uco, Mendoza
Tiempo sobre borras: 84 meses
Maridaje: ideal para beber solo y apreciar su complejidad o como aperitivo. También acompaña una amplia variedad de platos, desde pescados y mariscos hasta carnes blancas o preparaciones a base de hongos o trufas.
Precio sugerido: $ 73.900.
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