Alcanzar el primer premio como la mejor bartender del país le permitió a Sabrina Rodríguez Cuack dar ese ‘gran salto’ para convertir lo que era una habilidad innata en una profesión que también le abrió camino como emprendedora e importante empresaria gastronómica.
Y es que tras su paso por el programa televisivo que emitió Telefé en el 2016, “El Gran Bartender”, esta joven e inquieta mendocina no solo alcanzó la fama sino que sin dudar, volvió a su Mendoza natal para apostar fuerte por posicionar esta provincia como un polo gastronómico en el país y en el mundo.
¿Qué fue lo que más te atrapó de este mundo y que tal vez –como mendocina-, no lo hizo el del Vino?
La coctelería la verdad que me atrapó un montón porque puedo de alguna manera seguir haciendo lo que me gusta frente a la gente. Soy chef (estudié en la Escuela Islas Malvinas), pero la coctelería creo que fusionó todo lo que soy: pude desarrollar mi personalidad a través y detrás de una barra, mezclando, conociendo las bebidas, haciendo mis propias recetas como coctelería de autor y aprendiendo mucho de la coctelería clásica. Este mundo me atrapó mucho más porque justamente atrás de una barra vi que podía hacer todo lo que me gustaba y desenvolver todo mi potencial… ¡y bueno y ahí me quedé haciendo!
El vino es también mi pasión pero si bien no lo tengo lejos, sé que en algún momento voy a introducirme en este mundo. En un futuro quisiera tener mi propio vino y avanzar con colegas y bodegas mendocinas, pero por ahora solo hago cócteles con vino no solo para desestructurar sino para que la gente pueda ver la versatilidad de esta bebida.
¿Cómo ves que cada vez son más las mujeres que se acercan a este mundo de forma profesional? ¿Existe una brecha entre ser ‘bartender’ hombre que mujer?
Con respecto al tema del género creo que también estamos entusiasmando a que muchas chicas se estén motivando porque ha cambiado no solamente la parte del trabajo sino que la mirada social. Yo creo que hoy mutó mucho y que tenemos otra mirada al mundo. Las mujeres estamos cada vez más creyendo en nosotras mismas, saliendo a ganarnos el pan y sabiendo que ‘detrás de la barra’, podemos ser y hacer cosas distintas. Creo que hoy no existe tanto la brecha como cuando yo arranqué que sí era un tema bastante machista pero hoy las cosas han cambiado. Me siento una gran referente para transmitirles a las chicas que siempre se puede si es con perseverancia y convicción.
Tras tu paso por Buenos Aires decidiste regresar a Mendoza y apostar fuertemente en tu provincia. ¿Cómo llega The Garnish Bar a ser hoy una realidad y el bar de tendencia y vanguardia en Mendoza?
Mi paso por Buenos Aires me dio la posibilidad de trabajar con colegas y fue ahí que aprendí muchas cosas. Es así que The Garnish Bar surge como uno de mis grandes proyectos sobre todo, porque se armó en plena pandemia y hoy es un bar vanguardia. Es un espacio que viene a cambiar las cosas dentro de lo que son los paladares del mendocino y obviamente, esperando que una vez que esto escenario de pandemia pase, la Provincia se abra para que el turista también entienda que hay bares de alta coctelería en Cuyo y que Mendoza va a ser seguramente una de las capitales gastronómicas de Sudamérica más importantes… ¡Esto también le va a dar un puntapié enorme!
Inauguraste un bar en medio de esta pandemia ¿cómo incidió este escenario?
Este bar llega con muchos altibajos porque obviamente con esto de la pandemia junto con mi socio Gonzalo Palacio, no sabíamos si invertir o no. Lo logramos hacer y el bar se fue posicionando muy bien: la gente ya lo incorporó a su vida entendiendo que hay una coctelería distinta que es justamente la que hacen los grandes artistas detrás de una barra y que nosotros podemos replicarla, proponiendo otros tipos de bebidas para el disfrute y para el consumo de alcohol consciente y recreativo.
¿Cómo viene tu futuro empresarial?
Hoy mis proyectos apuntan a la apertura de nuevos espacios similares a The Garnish Bar buscando posicionar la coctelería cuyana y llevarla a lo más alto a nivel nacional, y que como referente de barras que me considero, estos bares marquen un antes y un después en cuanto al servicio y la buena coctelería permitiendo que la gente se prenda en probar nuevas cosas.
Sin dudas que sos una referente. En tu cuenta de Instagram con las redes, ¿te considerás Influencer?
La verdad que mi Instagram es orgánico al 100%, nunca pagué publicidad ni para tener seguidores. Creo que la gente conoce al ‘Pato’ -como a mí me gusta llamarme y como me llaman mis amigos- de una manera profesional y emocional. Me considero una buena Influencer. Trato de dar respuesta a mis seguidores constantemente, a enseñarles cómo, dónde y cuándo beber alcohol, sugerirles ideas de cócteles, es decir, cosas que me llenan de orgullo y poder traspasar detrás de una app y que ellos puedan tener contacto con uno está buenísimo. Además, tengo un 40% mujeres y un 60% de hombres entre mis followers y eso me encanta. Me gusta que la gente se sienta identificada con esa forma de ser que muestro en mis redes.
¿Ser bartender es una profesión respetada o banalizada?
Hoy la profesión está bastante respetada no como antes… ¡ha cambiado un montón! Creo que las cosas se demuestran detrás de una barra y no pasa por un tema de marketing o de tener muchos seguidores en Instagram ya que siempre el resultado será el cóctel equilibrado al final. Creo que hay mucho respeto sobre el Bartender pero falta valorización, falta hacernos valer no solamente con los entes gastronómicos para que nos avalen de alguna manera, para que nos respeten tanto nuestro sueldo como como como personas que somos tan importantes como un chef dentro de un restaurant. Que tengamos un buen convenio gastronómico para poder justamente tener una buena jubilación el día de mañana y que la gente cada vez más invierta en mano de obra sobre todo calificada para poner en sus lugares gastronómicos que justamente es lo que cambia. Hoy hay muchos ‘bananas” dando vuelta detrás de una barra pero bueno es como siempre digo, el resultado de esa persona será su cóctel; este siempre habla por sí solo, entonces primero es necesario respetarnos entre nosotros para que el afuera lo haga pero finalmente siempre aplico mi frase favorita: ‘En la cancha se ven los pingos’… ¡y yo me siento satisfecha porque lo he logrado!