La nueva tecnología permitirá evaluar la calidad del aceite a partir de indicadores clave, como la acidez, uno de los parámetros fundamentales establecidos por el Consejo Oleícola Internacional (COI) para clasificar el aceite de oliva. Además, el análisis se complementa con otros factores como el índice de peróxido y los índices K232, K270 y ΔK, que son esenciales para medir la calidad del producto.
Este trabajo, que emplea el lenguaje de programación Python y algoritmos de aprendizaje automático, se llevó a cabo utilizando datos recolectados en varias regiones productoras de aceite de oliva en Argentina, como Mendoza, San Juan, San Luis, La Rioja y Catamarca, con muestras tomadas entre 2020 y 2024. Los análisis fueron realizados en el laboratorio de análisis físico-químico del INTI Regional Mendoza.
Impacto en la Economía Regional
La producción de aceite de oliva es una de las principales actividades económicas en varias provincias del país. Mendoza, San Juan, La Rioja y Catamarca se destacan entre las regiones productoras, y en total, Argentina cuenta con 77.170 hectáreas plantadas con olivos, según el último Censo Nacional Agropecuario. Este sector también tiene una fuerte proyección exportadora: en el primer semestre de 2024, las exportaciones de aceite de oliva alcanzaron los 117 millones de dólares, lo que representó un incremento del 57,5% con respecto al año anterior.
Argentina se ha consolidado como el principal productor y exportador de aceite de oliva de América del Sur, con una producción anual de 40.000 toneladas, de las cuales 37.200 toneladas son destinadas principalmente a mercados de Estados Unidos, España y Brasil.
Perspectivas Futuras
El ingeniero Eduardo Ban, asesor técnico en Industrias 4.0 de la Región Cuyo, destacó que los próximos pasos de esta investigación incluyen la integración de la metodología con aplicaciones de laboratorio para realizar análisis en línea de los aceites, la incorporación de nuevas pruebas, como la detección de oxidación, y la ampliación de las variables a analizar, con el objetivo de poder identificar características como la localización del olivar, el terruño y la certificación de origen.
Ban enfatizó que respaldar la calidad del aceite con tecnologías avanzadas, como las desarrolladas por el INTI, es clave para consolidar la posición de Argentina como productor de aceite de oliva de alta calidad, lo que podría abrir nuevas oportunidades en mercados internacionales.
Este avance en el uso de Inteligencia Artificial para la industria olivícola representa un paso importante para mejorar la competitividad del sector en un mercado global cada vez más exigente.