La reducción de las retenciones será aplicada a productos clave de la agricultura, con el objetivo de fomentar la producción y aumentar las exportaciones. Las nuevas alícuotas para algunos de los principales productos agropecuarios son las siguientes:Soja: 26% (antes 33%), Aceite y harina de soja: 24,5% (antes 31%), Maíz: 9,5% (antes 12%), Trigo: 9,5% (antes 12%), y Girasol: 5,5% (antes 7%)
Esta decisión forma parte de una estrategia económica impulsada por un plan ortodoxo que ha logrado un superávit financiero, según las autoridades. El Gobierno busca con esta medida no solo aliviar a los productores sino también generar incentivos para una mayor producción, con miras a fortalecer el sector exportador agrícola en los próximos meses.
En su intervención, el ministro Caputo destacó que esta medida contribuirá a un mejor desempeño económico del país, al mismo tiempo que potenciará las economías regionales, que serán las grandes beneficiadas por la eliminación de las retenciones.
Se espera que la reducción de las cargas fiscales, en un contexto de superávit fiscal, estimule el crecimiento de la producción agrícola, promoviendo una mayor competitividad en los mercados internacionales y un impulso a las exportaciones, lo que podría tener efectos positivos en la balanza comercial del país.
Este anuncio marca un paso importante en la política económica del gobierno, que apuesta por una mayor apertura al mercado internacional y el fortalecimiento del sector agroindustrial.
El director de la Sociedad Rural Argentina, Andrés Costamagna se manifestó de acuerdo con la norma. "El gobierno viene haciendo reducción y después eliminación desde que asumió y es el camino correcto. Eliminó a la totalidad en las economías regionales. Se hizo una reducción escuchando que había que tomar alguna medida ante una coyuntura donde los productores, sobre todo los agricultores argentinos, estaban con muchas dificultades para seguir adelante. Creemos que va en el sentido correcto, todavía hay que seguir trabajando para llegar al derecho a exportación cero y tipo de cambio único".
Además explicó que el atraso cambiario ha presentado complicaciones en el sector: "Los costos subieron y los precios bajaron. Al dolarizarse la economía de esta manera, todos los costos, no solamente al campo sino a cualquiera, subieron en dólares. A su vez, la soja, el maíz y los commodities agrícolas, el precio bajó. El combo era bastante complejo, más allá del clima, que es una adversidad que los productores agropecuarios normalmente toman el riesgo. Acá lo que está pasando es que tuvimos un incremento de costos por este tema del dólar y los ingresos iban a ser bajos tanto para el país, porque también al bajar el precio iba a recaudar menos por derecho a exportación, como para los productores de manera directa, que son a los que le están expropiando esa parte del ingreso".
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