Lo que parecía una gripe muy contagiosa y de baja mortalidad, se ha convertido en una gripe muy contagiosa y de baja mortalidad, pero con una capacidad de destrucción económica que encuentra pocos precedentes, debiéndonos retrotraer para encontrar alguno de esta magnitud hasta 1929.
No pretendo aquí dar la solución a este problema, porque no soy especialista en pandemias; además, hemos visto que estos especialistas tampoco tienen posiciones unánimes al respecto.
Lo que sí puedo observar desde mi área de trabajo, es que si siguen los confinamientos indefinidos con el objetivo de “achatar la curva” sin medir el costo que ello implique, la recesión vigente seguramente mutará en una hiperdepresión económica, con quiebras masivas, ya no de empresas sino de sectores enteros de la economía.
Y quien haya analizado crisis económicas alguna vez, sabe que mientras más abajo se llegue en la espiral descendente, más larga, compleja y dolorosa es la salida.
Con los políticos atentos a su súbita popularidad, y la OMS y los periodistas encontrando un motivo que realza su vigencia, parece complejo plantear alternativas de cuarentenas selectivas para aquellos grupos de riesgo (como los mayores de sesenta años o aquellos con enfermedades previas), o un mayor distanciamiento social, como las implementadas por Suecia, Holanda, Corea, Alemania, las que declama Trump o la que quiso implementar Boris Johnson y retrocedió, por no citar los ejemplos más cercanos de México por izquierda y Brasil por derecha.
Cuando pase el tsunami, y podamos evaluar cómo fueron los resultados en los distintos países, podremos reivindicar cuál fórmula tuvo mayor efectividad. Pero sea cual fuere este resultado, el daño económico estará hecho.
Todos estamos de acuerdo en que lo principal es salvar la mayor cantidad de vidas en esta tragedia global. Sin embargo, no se trata de una lucha de economía versus vidas: si el desempleo vuela y la economía se destroza, va a morir mucha gente directa e indirectamente por ello en el mediano plazo, agregándose al triste costo del COVID-19.
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